Fin del año como Aupair ¿Y ahora qué?

Pues sí, un año ya desde que me subí a ese avión rumbo a Alemania, con los nervios a flor de piel, evitando no pensar en todo lo que dejaba atrás para no ahogar a los pasajeros con mis lágrimas. Porque en el fondo, muy en el fondo, sentía que ese año en el extranjero no duraría 365 días, sabía que ese año se alargaría y que mi vuelta a España ya sólo sería en formato vacaciones de verano/Navidad. Y qué poco me equivocaba.

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Un berlinés cuya pose me cautivó 😛

A estas edades, el futuro es más que incierto que la salida de la crisis en España. Por una parte están los que al menos tienen metas y objetivos claros, (y sin embargo de ahí a alcanzarlos… amigo, eso ya es otro cantar). Luego están los que ni siquiera tienen una ligera idea de qué hacer con su vida después de salir de la Universidad. Me refiero a esos pobres desdichados que vagan sin rumbo fijo, esperando que en algún momento les llegue la inspiración. Y de estos jóvenes desamparados podría pasarme el día hablando, por la sencilla razón de que yo, desgraciadamente, me encuentro entre ellos.

Lo peor de todo son las inquisidoras preguntas de los demás, en especial de la familia: –«¿Qué piensas hacer ahora?» -«Es hora de moverte un poco y buscarte la vida ¿no?» -«¿Quieres empezar a mandar currículums? sentado en el sofá no gana uno dinero» (Ojalá!! 😛) -«El trabajo no llama a la puerta, tienes que ir tú a buscarlo». Ese tipo de comentarios no son bien recibidos. Ya somos lo suficientemente conscientes del problema, no necesitamos que nos lo recuerden. Ya tenemos bastante con cargar con esa horrible sensación de vacío en el estómago, como para que nos metan más presión. De agobio ya estamos bien servidos, gracias 😉 Porque sí, tenéis razón, absolutamente, pero no entendéis el miedo que nos provoca el tener que enfrentarnos a la pregunta ¿Y ahora qué? Por eso tendemos a esquivar el tema. En este sentido, [pequeño inciso], aprovecho para mencionar una frase que leí hace poco en inglés (foto de abajo) that-moment-when-you-have-so-much-to-do-so-you-decide-to-have-a-nap-instead--b5aaby que me pareció tan cierta como la vida misma. En español sería algo así como: «Ese momento en el que tienes tanto que hacer que, en vez de ponerte a ello, decides echarte una siesta…» Sinceramente, no sé cuántas veces habré podido hacerlo, sobre todo desde que estoy aquí en Alemania. Y al final, como siempre, se acumula todo para el último día. Yo sé que es una mala costumbre, pero también sé, que no voy a poder cambiar nunca, ya tiré la toalla conmigo misma 😛

Continúo, que me estoy yendo por las ramas. Después de haber pasado por esta horrible etapa de infinitas dudas por segunda vez (la primera fue el año pasado, justo antes de decidir mi huida a Alemania), ya sé lo que voy a hacer tras terminar mi año como Aupair…. seguir como Aupair otros seis meses más con la misma familia 😛 Sí, lo sé, ha sido la decisión más vaga que he podido tomar, pero más ideas no tenía y volver a España se me hacía un poco cuesta arriba. No me entendáis mal, mi querido país y mi querida Valladolid siempre estarán ahí, en mi corazoncito, pero cuando uno pone el pie fuera, es difícil volver atrás. (Si la experiencia es buena, claro…). Quien esté/haya estado en mi situación, lo comprenderá.

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La decisión la tomé en mayo, cuando mi Gastfamilie me preguntó con cara de cordero degollado si podía quedarme más tiempo con ellos, porque para ellos sería una katastrophe si me fuera, en especial para los niños. Y a mí, alma en pena sin planes de futuro, pues no me costó decir que sí. Y sinceramente, mejor opción no había. Os explico:

  • Mi Gastmilie es encantadora, tanto los padres como los tres niños. Tras un año a su lado, se han convertido en mis hermanos pequeños. (sin ánimo de ofender a mi querido hermano y hermana, os envío por cierto un beso desde aquí 😉 )
  • Mejor casa y entorno no puedo tener.
  • Además del sueldo, me pagan los gastos del móvil y el transporte urbano.
  • Como Aupair, tengo el Köln-Pass, es decir, descuento en numerosos sitios. Como, por ejemplo, los cursos de idiomas.
  • Puedo seguir mejorando el alemán gratuitamente.

En definitiva, era la mejor manera de seguir ganando tiempo, hasta que tuviera claro qué hacer con mi futuro. Algo que, por cierto, he decidido en septiembre. Quiero continuar en el ámbito periodístico, cosa que hace unos meses había descartado, a pesar de haber estudiado Periodismo. [La verdad es que llegué a considerar el estudiar aquí en Alemania otra carrera, como Traducción o Economía, o incluso para azafata de vuelo… Con el consiguiente comentario de mi madre: –«Tú no estás centrada»]. De momento ya he enviado mi currículum a varias empresas para ver si puedo hacer prácticas a partir de abril del próximo año. Que surja algo o no, lo sabré con el tiempo; desde luego la esperanza no la pierdo 🙂

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Ya para terminar, quería mandar ánimos a todos aquellos que estén, como estuve yo, ahogados en un mar de dudas. En algún momento algo saldrá, alguna oportunidad se os brindará o alguna bombilla se os encenderá, no hay que desesperarse. Eso sí, aunque cueste, hay que levantarse del sofá 😛

Viele liebe Grüße aus Köln,

Caro

P.D: la próxima semana haré la entrada balance de este año Aupair. Toca escribir las aventuras y desventuras de la señora Doughtfire a la española y sus peripecias con los niños.

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Amanecer sobre Alemania